Cuando empiezas una partitura nueva, sueles tener muchísimos fallos. Se te escapan algunas notas, te has equivocado con algún acorde...
Pero tarde o temprano, cuando ya dominas la melodía a la perfección sin ningún miedo es una sensación indescriptible. Te sientas enfrente del piano, tus manos se mueven y tú simplemente escuchas. El resto del mundo desaparece por completo. Lo olvidas absolutamente todo por unos momentos. Sólo sientes que se te encoge el corazón y algo de tristeza porque sabes que es una sensación que pocas personas vivirán. Lo único que haces es escuchar la melodía que te deja la mente en blanco, y cuando deja de sonar vuelves de golpe a la realidad.
Lo primero que recuerdas son los problemas, pero te da igual. Porque has estado unos minutos sin ellos y tal vez no sean tan graves si has conseguido olvidarlos... Te preguntas si podrías usarlo como terapia.
La inspiración la tienen las personas con angustias, problemas, cosas por las que preocuparse... Yo, no tengo inspiración. Debería alegrarme por ello, significa que no tengo problemas... Pero entonces vuelves a tocar algo nuevo, algo improvisado... y te preocupas.
Luego piensas enfrente del piano y dices: ¿Y Por qué no dedicar mi vida a esto y hacer que otras personas sientan lo mismo que has sentido tú? Después, igual que te ha pasado cuando has dejado de tocar, caes en el mundo bruscamente y recuerdas que todo lo que se te da bien no te va a servir de nada. Nada.
Le das vueltas y llegas a la conclusión de que no serás la única persona que lo ha pensado y de que el mundo ha perdido muchas cosas.
Le das vueltas y llegas a la conclusión de que no serás la única persona que lo ha pensado y de que el mundo ha perdido muchas cosas.
¿Qué importa el arte si al fin y al cabo vamos a morir? ¿Para qué dejarle algo al mundo? Qué egoísta, ¿No? Sabes que tarde o temprano esas personas morirán también... Pero luego te das cuenta de sobre qué estás hablando y del porqué vivimos, empiezas un bucle interminable de preguntas sin respuesta...
... Te duele la cabeza, y empiezas a tocar.
Muy bonito!!!! me guuusta!!!
ResponderEliminargracias :)
ResponderEliminarTe superas día a día.
ResponderEliminarEl final me encanta:
empiezas un bucle interminable de preguntas sin respuesta...
... Te duele la cabeza, y empiezas a tocar.
¡No dejes de escribir, no dejes de tocar y sobre todo no dejes de hacerte preguntas! Aunque no encuentres las respuestas, aunque te duela la cabeza. Siempre te quedará el piano.
tu comentario me ha emocionado.
ResponderEliminargracias :)